«Nadie en este país va a olvidar que trajiste a Hugo Chávez por primera vez»: Claudia López a Petro

Para la fórmula a la Vicepresidencia de Fajardo, la consulta dejó un panorama claro: el uribismo derrotaría al petrismo 3 a 1 en segunda vuelta. Pide que unan fuerzas para evitar que por miedo los colombianos escojan entre dos extremos.

Claudia López: Yo hablé antes con Petro y le dije: mira, la pregunta no es si tú haces parte de una coalición por el cambio o no, es obvio que eres parte del cambio de este país. A unos los asustarás, a otros no, pero quitarte ese mérito es inútil. El punto es qué rol vas a jugar. Entre más al frente estés y más insistas en ser el candidato más vas a alienar a la mayoría de la sociedad, a galvanizarla alrededor de un extremo de derecha, no importa, pueden ser matones, ladrones, corruptos del pasado, que hayan gobernado mal, lo que sea, la gente se va para allá, porque el miedo y la desconfianza todavía funcionan en esta sociedad, y no solamente porque desde aquí te estigmaticen, sino que tú tienes una historia y unos resultados que también asustan.

¿Cuál es esa historia que asustaría?

C. L.: Yo le dije a Petro, nadie en este país va a olvidar que trajiste a Hugo Chávez por primera vez. Que hasta el año pasado defendías a Maduro. Hoy como todos los políticos tratas de posar‘, de que no, mentiras, no eres tan cercano. Que la verdad es que nunca has dicho que Chávez es el líder más extraordinario. Es que hasta la semana pasada fue incapaz de condenar y decir en una entrevista que Chávez había sido un dictador. Eso es muy perverso porque aunque él es buen candidato, entre mejor le vaya más asusta a los demás. El mejor subsidio en Colombia es un buen empleo y ocho de cada 10 los generan los empresarios del sector privado. Los unos los espantan con la corrupción y los otros los espantan con el autoritarismo en el que alguien sale y dice ‘yo el 8 de agosto tumbo el metro porque no me gusta. Y al día siguiente hago una constituyente, pongo todas las reglas en juego en este país’.

Usted dice que con el resultado de las consultas interpartidistas Petro demostró “que aliena a las mayorías en contra del cambio”, ¿por qué?

C. L.: Los dos extremos de los polos nos quieren poner en juego. Pero todo esto era teoría hasta el domingo pasado. Yo podía estar perfectamente equivocada o este análisis podía estar perfectamente equivocado y de hecho fue el propio Petro el que se puso la vara, el que antes de las elecciones del 11 de marzo salió públicamente y de una manera bastante despreciativa con su compañero de consulta Carlos Caicedo, un hombre con el que tengo el mayor aprecio, dijo: «Esa vaina, competir con Carlos Caicedo eso es una pendejada, eso no tiene ninguna importancia. Aquí el chiste no es ganarle a Carlos Caicedo. Aquí lo que vamos a demostrar -dijo él- es que la consulta naranja de la esperanza, de las fuerzas de la vida van a derrotar a la consulta gris de las fuerzas de la muerte». Lo dijo textualmente en la entrevista con Vicky Dávila en la W, en su Twitter y en otros medios de comunicación, cualquier colombiano lo puede ver. Él se puso la vara y dijo que iba a demostrar que es el candidato que derrota al uribismo, y lo derrotaron 2 a 1.

¿Qué piensa de que en sus discursos Petro use la figura de Gaitán, por ejemplo?

C. L.: Gustavo es un personaje, pues él se ha comparado con Bolívar, con Chávez, con Gaitán y con Galán. Humildad pura, pues. Pero claro él se cree y es un líder popular, eso es innegable. Si uno lo analizara desde el punto de vista de la ciencia política, Álvaro Uribe y Gustavo Petro son lo más cercano al populismo que existe en Colombia, uno de la derecha y otro de la izquierda. Entonces el problema no es la vanidad o la valoración que alguien tenga como un líder popular, eso me parece una nimiedad. Realmente lo importante es que la exacerbación polarizante le sirve a quien queremos derrotar.

¿Por qué es tan peligroso el ambiente polarizado?

C. L.: Se lo dije a Petro, que en un escenario de polarización quieren enardecer, causar miedo. Ese es el terreno perfecto del señor Álvaro Uribe, él es el rey de la cancha del miedo y la polarización. Si ustedes insisten en promover esa cancha, el rey de esa cancha nos gana, lo ha demostrado 16 años y eso es exactamente lo que está pasando.

¿Cree que puede haber brotes de violencia?

C. L.: No en Perú, Brasil, Bolivia, ni siquiera en Venezuela. Pero en Colombia siempre que los líderes políticos dividen, polarizan y estigmatizan al adversario, eso siempre termina en que alguien se da plomo con otro. La historia de este país es que los muertos de la polarización de los políticos los ponen las familias humildes y los muertos de la corrupción de los políticos también los ponen las familias humildes. Esa es nuestra desgracia.

En campaña ya se han presentado agresiones contra candidatos…

C. L.: Cuando advertí me dijeron que no, que éramos unos tibios, que ya estamos en la paz. Hasta que casi lo levantan (a Petro) en Cúcuta, y no es culpa de él obviamente, toda mi solidaridad con él; pero es que eso es lo que pasa en Colombia. En la misma semana casi levantan en una asonada al señor Uribe en Popayán. Aquí todo el mundo aplaudió viendo cómo levantaban casi en una asonada a los señores de las Farc. Si uno está comprometido con la paz tiene que tratar de sacar al país de ahí, no entronizarlo ahí; pero además porque es estúpido, porque es pegarse un tiro en el pie.

¿Cree que todavía se puede lograr una alianza para enfrentarse a lo que usted llama la extrema derecha?

C. L.: Yo no estoy con esto defendiendo ni a Fajardo ni a mi candidatura, estoy actuando de verdad como analista y haciéndole un llamado a todos los colombianos porque, como decía mi profe Mockus, todavía se puede. Valoremos los hechos, la historia, lo que está ocurriendo, los resultados del domingo. Nos quedan más de dos meses para ir a la primera vuelta presidencial. Lo que yo le pido a Gustavo y a sus electores con todo el amor y respeto es que piensen; la pregunta no es si todas las fuerzas del cambio queremos derrotar la corrupción y tener una Colombia más igualitaria, sino si pujamos en la misma dirección.

Esa fuerza del cambio la quiere liderar Petro, pero también Fajardo, ¿por qué uno es mejor opción que el otro?

C. L.: El punto es quién encabeza eso de manera tal que no galvanice a la mayoría de los colombianos con la derecha, que fue lo que pasó el domingo. Hay más de 2 millones de votos de diferencia entre lo que obtuvo el Centro Democrático en Congreso y lo que obtuvo Duque. Eso se llama miedo, es anti petrismo puro. Entonces si tú sumas los votos que puso Petro, increíbles 2.800.000 votos, es más de lo mismo que resta, porque eso es lo que produce el miedo, que se va al peor extremo de la política que es Álvaro Uribe.

 En caso de que vayan a segunda vuelta Petro y Duque, ¿qué pasaría?

C. L.: Si esa sigue siendo la cancha hasta segunda vuelta la única diferencia es que ya no perdemos 2 a 1, sino 3 a 1.

¿Y por quién votaría, por Petro o por Duque?

C. L.: No, yo no tengo ninguna duda, yo por Álvaro Uribe no voy a votar jamás en mi vida ni por Germán Vargas. Ese no es el problema. El problema no soy yo, se los he dicho diez mil veces. Siempre he estado por los gobiernos alternativos de Colombia, desde que tengo 18 años y hoy tengo 48. Así que ahí no hay duda. El problema es quién es capaz de reunir a la mayoría. Ya sabemos que de este lado hay tres millones de votos, pero para ganar la presidencia se necesitan nueve. Luego en la segunda vuelta la pregunta es quién tiene la capacidad de atraer a los otros 6 millones de votantes que no son de izquierda, no son petristas, son colombianos común y corrientes que lo que quieren es educación, salud, seguridad y estabilidad y que le tienen miedo a los cambios radicales. Miedo.

¿Qué puede producir ese miedo del que usted habla?

C. L.: Con tal de no aceptar cambios radicales son capaces de irse detrás del clientelismo, de la corrupción, de lo falsos positivos, de lo que sea, con tal de estar alejados de ese miedo, que puede ser insulso exagerado pero no infundado. Por eso insisto, no estoy haciendo esta valoración como candidata. Yo me puedo ir para mi casa de mañana. Ese no es el problema. Yo soy de las pocas candidatas, como Jorge Enrique Robledo, que me he corrido. Si me ponen de porrista, si tengo que repartir papel en la calle yo lo hago. Ese no es el problema, con toda la generosidad. El punto es entender que esta sociedad no va a pasar de un extremo a otro y que si tratamos de hacer ese cambio así a la brava y a las patadas lo que hacemos es devolverle la posibilidad de cambio a los mismos que llevan gobernando este país 16 años. Eso no nos lo perdonaría la historia. Entonces por favor tenemos tiempo de reflexionar con calma.

¿Por qué Colombia necesita una propuesta de centro?

C. L.: Lo que me indican la experiencia y la academia, y lo que sucede cuando uno estudia la historia, es que Colombia no va a pasar en un año de la derecha y la extrema derecha, a la extrema izquierda simplemente por emoción o por miedo. No va a pasar. Se necesita un proceso que no asuste a la gente, que inspire confianza, esperanza, que muestre que el país no va a perder el rumbo, que el empresariado va a seguir, que la desigualdad puede bajar pero no a costillas de destruir la democracia, ni pelear con los jueces ni acabar con los medios ni ver cómo vuelven a poner la reelección. A mí me aterra oír a Uribe y a Petro hablando de constituyente, porque eso es poner en juego todas las instituciones de Colombia, su patrimonio democrático que es la Constitución del 91.